Ernesto González

Temuco 1978

Entre sus últimas publicaciones, se incluyen: Playslit (2015), Éramos estrellas, éramos música, éramos tiempo (2018), la antología Ningún hombre es una isla (2019) y la obra reunida Cinco mamuts en fila (2019). Es cineasta y productor cultural del Espacio Estravagario de la Fundación Pablo Neruda. Entre otros, ha obtenido el Premio Pablo Neruda de Poesía Joven 2018 y el Premio Consejo Nacional del Libro a Mejor Obra Inédita 2014.

Ya sé que esta noche no te la canté como Elvis,
aún apagando las luces en esta ciudad no se ven estrellas
y por borronear en mi ley no podemos dormir juntos,
tienes que seguir volviendo a casa de tu abuela.
En la de los míos espero me cuentes la jornada por teléfono.
Sabes, estoy durmiendo poco. A veces me paso horas soñando
con todo lo que queremos.
Hay días en que no salgo del cuarto
pero te canto con tanta decisión que siento me perdonas
haberte arrastrado al foso de la poesía, no poder escribirte un poema
como Annabel Lee

ME RECALIENTAS cuando tapada con una toalla te secas el pelo
o sobre la cama te buscas pelitos locos en las piernas
en ese calzón que costó más que mi biografía de los años rusos
de Nabokov
o cuando con un algodón apenas mojado en acetona
limpias lo que dejaste de pintura en las uñas
después de ver una película horrible en Cinemax
¿Qué chucha le pasó a Cinemax?

Y no te explico lo que es verte agarrar el secador
y apuntarte.
O cuando me pides favor que te ponga calcetines
o muerdes una galletita con mermelada en la cocina.

¿Por qué dejas la puerta abierta del baño?
¿Por qué actúo como si no se me estuviera permitido
más que ver y guardar silencio?
Ese vestidito, ajustado, de cebrita
no calmó nada.

Tomarte el pelo con las manos
con un pinche con forma de mariposa
entre tus labios, menos.

Mientras una naranja en la mesa del velador
recibe el corte oscuro de la persiana.
Tu gatita por primera vez se sube a mis rodillas.

QUIZÁ AHORA entienda a Liszt
cuando decía llevar una tristeza profunda en el corazón
que de vez en cuando necesita estallar en sonido.
Acaso sea la de esta página sobre otra
escrita de tirón apenas después de dejar caer la bolsa de basura
en el ducto del edificio. Un golpe
que detona otro, nimio, analgésico, antes de que el sol
se vaya por completo.