Presentación

Cuando Néstor Sánchez volvió a la Argentina, después de haber errado sin rumbo con una piedra en el zapato (literalmente) por las ciudades donde habitó (varias del norte de Italia, así como Barcelona, París o Nueva York), los poquísimos amigos y lectores que le quedaban le preguntaban por qué había dejado de escribir. Sánchez –quizá el mayor protegido de Julio Cortázar– respondía: “porque se acabó la épica”.

Ciertamente, la poesía y la vida de los poetas debieran ser épicas, siempre. ¿Y si no lo fueran? Entonces tal vez ahí no se encuentren ni poesía ni poetas.

Para iniciar esta memoria del segundo Festival Internacional de Poesía de Santiago 2019 (FIP Santiago), queremos invocar el llamado a la épica de Sánchez y subrayar la dimensión universal inherente al quehacer poético en todos los rincones del mundo: una fuerza subversiva que se retroalimenta desde la poesía a la sociedad y viceversa. Los poetas están llamados a transgredir cualquier margen que dificulte este fenómeno natural. A ellos les corresponde mantener una mirada crítica y devolverle la dignidad a las palabras como un mandato lingüístico, histórico y fundacional más allá de las fronteras.

El FIP Santiago nace, así, desde la épica de construir una plataforma en que las voces poéticas de Chile converjan con otras del mundo y celebren su existencia como prueba irrefutable de una larga tradición y continua formación. Es posible que los poetas extranjeros invitados al festival ya conozcan los nombres consagrados del país: Vicente Huidobro, Gabriela Mistral, Pablo Neruda, Violeta Parra o su hermano Nicanor. Y de seguro conocerán a tantos otros creadores locales que trascienden la historia de la poesía en castellano. Espontáneamente, pienso en Pablo De Rokha, Enrique Lihn, Stella Díaz Varín, Jorge Teillier, Juan Luis Martínez, Rosamel del Valle, Humberto Díaz Casanueva, Gonzalo Rojas, Roberto Bolaño, Rodrigo Lira, Alfonso Calderón, Teresa Wills Montt, Bárbara Délano, Braulio Arenas, Antonio Silva, Cecilia Casanova o Gonzalo Millán. Y podría seguir extendiéndome.

Además, a esto se suma una pléyade de poetas contemporáneos, a quienes sería injusto mencionar por riesgo a la omisión. Ahora bien, muchos de ellos estarán presentes en el festival de este año y habitan las páginas que siguen: la riqueza de esta tradición ha quedado plasmada en la presente antología, en un diálogo prolífico con poéticas de otras latitudes. Así, este libro es un testimonio valioso de que en octubre de 2019 confluyeron voces de la poesía del mundo en Chile, y que a través de la manifestación específica de la voz poética contribuyeron a algún cambio en la sociedad civil.

Específicamente, pensamos en un cambio desde lo auténtico. Queremos celebrar un festival de poesía que utilice como materia prima la autenticidad en lo diverso, y que todo aquello genere vínculos entre poetas, lectores y diferentes idiomas; dirigido a quienes ojalá nunca hayan leído un poema en su vida. Un festival de poesía cuyo mensaje aluda al pluralismo y la universalidad. Así, quienes organizamos este festival no somos sino artistas, escritores y profesionales de diversas áreas reunidos por el entusiasmo, la solidaridad y la consecuencia de seguir una ética en el arte, que consideramos relevante en la urgencia de una cotidianeidad que arrastra problemas históricos. “Poesía en tiempos de penuria”, como decía Hölderlin.

Por lo mismo, agradecemos sinceramente el compromiso de las diversas organizaciones con el FIP Santiago, sin las cuales hubiera sido imposible concretizar estas ideas, entre ellas la UNESCO, la Corporación Cultural CChC, la Cámara Chilena de la Construcción y el Movimiento Somos Polen.

Cuando nos preguntan por qué hacemos un festival de poesía que convoca a un centenar de poetas de alrededor de treinta países del mundo, por qué los poetas aceptan movilizarse desde África, Europa, Asia, América u Oceanía sin otro ánimo que celebrar la palabra, a pesar de las limitaciones de marras, respondemos que es por la épica. En este contexto quizá la épica sea una consecuencia de la poesía o su propia causa.

Javier Llaxacondor

Director FIP Santiago