Jean Portante

Luxemburgo 1950

Poeta, novelista, traductor, periodista de lengua francesa. Su obra incluye unos cuarenta libros. Tradujo más de veinte libros de literatura (entre los cuales Juan Gelman y Gonzalo Rojas).
Desde el 2006 forma parte de la Academia Mallarmé (Francia). Ha recibido el Premio Mallarmé y el Gran Premio de la Sociedad de Escritores (2003), el Premio Nacional en Luxemburgo (2011) y el premio europeo Petrarca (2014).

CUANDO EN LA TIERRA no quede más que la sombra y en el cielo
el sol y ningún cuerpo ni casas ni árboles hasta donde se pierde la vista
—cuando todo esto adviene la tristeza cósmica ya no tiene objeto.
Ella que vivía del vaivén de las cosas pide entonces al tiempo
y a los que lo administran detener el descuento.
Paren de contar
dice o cuenten en voz baja. O vayan a contar a otra parte.
Allí donde el misterio es un hilo y el cuerpo una mujer y la casa
un nacimiento. Es allí que hay que volver a contar.
Es allí que un árbol es el primer árbol y otro el segundo y el tiempo
que pasa una suma confortable. Porque quien vive en su
nacimiento no tiene necesidad de sombra.
Y quien toma el cuerpo
de una mujer tiene por una punta el hilo del misterio.

QUÉ TE DIJO esa noche cuando el eje de las cosas
se desplazaba imperceptiblemente hacia el fracaso
—qué te dijo el humo que de la cocina se deslizaba
por la ventana entreabierta. Tú estabas acuérdate
de espaldas contra el muro de enfrente. Alguien te había
pedido salir. Y ahora el humo salía él también y
te habló el humo y tú guardaste silencio.
Tú eres ahora
el guardián del silencio. Y estás de espaldas contra el muro. Y
hacia el fracaso se desplaza imperceptiblemente el eje de
las cosas. Es grandiosa esa noche pero ya no tiene
palabras. Y puesto que el humo habla y no habla más
que a ti y tú eres el guardián del silencio quién me dirá
mi amor de cuántos ardores este humo era el vocero.

Traducción al español: Jorge Miralles y Víctor Rodríguez Núñez

SURPRISED BY DAY not breaking any more the moon
and the sun like two old underground thieves
relit the torch and set off. I’m sure that
anyone who’d seen their feeble gleam from a
distance would have felt sorry for them.
What is
certain in all of this is that night fell. And that
a night that falls is a thing that
howls. And that when something howls
the underground thieves use the torch. The torch
that weakly lights the belly of things
and makes the elements sneeze. O howling of
elements that sneeze. O fire that escapes from
the belly of things. And you old thieves do you know
now to whom you can address your underground apologies.

Traducción al inglés: Zoë Skoulding